Intervención de Mette Petersen, directora de la Oficina del RCEU, en el Evento de
Impacto e Innovación Social, en Estrasburgo, el 6 de mayo de 2022.

Antes de entrar en estos dos temas, permítanme presentar la oficina del RCEU.
Representamos a las 27 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de toda la UE, así como
a la Cruz Roja Islandesa, la Cruz Roja Noruega y la FICR. Trabajamos en pos de los
más vulnerables, prestando servicios de apoyo y asistencia basada en las necesidades en
los ámbitos de la salud, la inclusión y la acción humanitaria, con el objetivo de mejorar
la situación de las poblaciones vulnerables. Junto con otros proveedores de servicios
sociales, la Cruz Roja forma una parte crucial de las economías sociales nacionales,
tanto como proveedor de servicios como empleador.

Permítanme primero reflexionar sobre el enfoque de la Cruz Roja respecto al
impacto social y la importancia de la calidad de los servicios

El impacto social está en el centro de la misión de la Cruz Roja. Las Sociedades
Nacionales de la Cruz Roja creen que hay varias maneras de crear un impacto social
positivo, pero todas ellas deben basarse en asegurar que los servicios sean accesibles
para todos, sin distinción, discriminación e independientemente de su estatus legal.
Deben estar centrados en la persona, enfocados en satisfacer las necesidades de los
beneficiarios de los servicios, mejorando su inclusión en la sociedad. Y lo que es más
importante, deben ser de máxima calidad y sostenibles para garantizar un impacto
duradero.

Como Movimiento, estamos presentes en todos los Estados miembros, prestando apoyo
a las poblaciones vulnerables a través de nuestro papel auxiliar con las autoridades
nacionales. Nuestra contribución para lograr el impacto social y la inclusión social
puede captarse mejor a través de nuestra presencia en todos los Estados miembros de la
Unión Europea. En la UE tenemos más de 250.000 empleados y un millón de
voluntarios que trabajan en cerca de 15.000 unidades locales desarrollando y prestando
servicios a los más vulnerables de nuestras sociedades.

Lo hacen a través de la prestación de servicios sociales esenciales a millones de
personas en Europa, ayudando a las personas mayores, a las personas con discapacidad,
a los niños y jóvenes en situación de riesgo, a las personas en riesgo de pobreza, a las
personas sin hogar, a los inmigrantes, a las mujeres que sufren violencia doméstica y de
género, y a muchos otros a vivir mejor, más sano, más largo y más activo con dignidad.
De este modo, su trabajo produce un impacto social positivo al responder a estos
apremiantes retos sociales y apoyar a quienes más lo necesitan, dando lugar a
comunidades más inclusivas.

El Plan de Acción Europeo para la Economía Social reconoce que las organizaciones de
la economía social dan prioridad a las personas y producen un impacto positivo en las comunidades locales. Al hacerlo, también apoyamos la aplicación de las prioridades de
la política social de la Unión Europea. Como uno de los mayores proveedores de
servicios sociales de la UE, las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja trabajan para la
aplicación de importantes marcos de derechos sociales, como el Pilar Europeo de
Derechos Sociales. Los Servicios Sociales son esenciales para la aplicación del Pilar
Europeo de Derechos Sociales. Este impacto social es demostrable a través de la
contribución de los servicios sociales a, al menos, 10 principios del Pilar Europeo de
Derechos Sociales (sin perjuicio de su papel como empleadores). Ya sea mediante la
prestación de servicios de atención a la infancia, el apoyo a la salud mental de los
jóvenes, la satisfacción de las necesidades de las personas sin hogar y el apoyo a la
atención de las personas mayores en sus comunidades, las Sociedades Nacionales de la
Cruz Roja aplican los principios clave del Pilar Europeo de Derechos Sociales y, por
tanto, logran un impacto social positivo. Sin embargo, con el continuo afianzamiento de
los presupuestos sociales en los Estados miembros de la Unión Europea y el aumento de
personas que necesitan servicios sociales, la innovación social es cada vez más
importante para garantizar un impacto social positivo continuo.

Por lo tanto, permítanme pasar a la otra cuestión, la innovación social, que está en
el centro de la Cruz Roja

Como proveedor de servicios sociales sin ánimo de lucro, invertimos en el desarrollo y
la prestación de servicios sanitarios y sociales para los más vulnerables. Sin embargo,
no nos detenemos ahí. También invertimos en innovaciones y nuevas formas de mejorar
la prestación y la calidad de nuestros servicios, y de salvar las diferencias sociales. A
través de nuestra comprometida red de voluntarios, nuestra proximidad a las
poblaciones vulnerables y nuestra constante presencia en primera línea, la Cruz Roja
puede observar y comprender la cambiante situación sobre el terreno e innovar nuestro
enfoque y nuestros servicios en función de las necesidades cambiantes de aquellos a los
que servimos. Por lo tanto, podemos decir que nuestras innovaciones están realmente
centradas en la persona y en las necesidades.

Un ejemplo de cómo lo hacemos es el trabajo innovador de la Cruz Roja Española.
Para establecer enfoques de servicio más integrados, la Cruz Roja Española desarrolló
el Proyecto MAP, acrónimo de Modelo de Asistencia Personalizada. Implantado en toda
España, la innovación se basa en una solución informática a la que sólo pueden acceder
los distintos profesionales pertinentes, que trabajan juntos para apoyar a un beneficiario
de un servicio social. Esta innovación ha transformado la forma de trabajar de Cruz
Roja Española, ya que sitúa al beneficiario del servicio en el centro, al romper los silos
entre los diferentes equipos, asegurando que las diferentes necesidades del beneficiario
sean atendidas. El MAP entiende a la persona desde una perspectiva multidimensional y
facilita así una intervención holística e integrada. Durante la pandemia de la COVID-
19, las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja han estado a la vanguardia en el
desarrollo y la prestación de servicios para apoyar a los más vulnerables.

De hecho, durante este tiempo, las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja fueron uno de los
primeros proveedores de servicios sociales que innovaron y cambiaron sus prácticas para superar los desafíos planteados por el cierre para garantizar el acceso y la
continuidad de los servicios a los más vulnerables. En este caso, la innovación no sólo
era necesaria, sino que era vital para garantizar el apoyo continuo a quienes más lo
necesitan.

Desde el comienzo de la pandemia, la Cruz Roja se ha ocupado de la soledad en todas
sus formas, especialmente en el caso de las personas mayores. El proyecto de la Cruz
Roja Italiana «Ancianos y COVID-19: protección de las personas más vulnerables en las
residencias de ancianos, estableciendo medidas de autoprotección y salvaguarda» se
desarrolló para mejorar la calidad de vida de las personas mayores, a través del contacto
directo con sus familias, con voluntarios y con el mundo exterior, promoviendo
actividades de aprendizaje digital y recreativo y reduciendo las distancias sociales y los
sentimientos de soledad. Todo ello pone de manifiesto el importante papel de la Cruz
Roja a la hora de lograr un impacto social positivo utilizando la innovación, al tiempo
que garantiza que nuestros servicios e intervenciones se centran en la persona, son de la
máxima calidad y siguen siendo pertinentes.
En conclusión, para asegurar la innovación continua en los servicios sociales y que
estos servicios tengan el mayor impacto, tenemos las siguientes 3 recomendaciones para
la Comisión Europea y los Estados miembros:

1 | Trabajar para garantizar que el Plan de Acción de la Economía Social pueda
utilizarse en beneficio de todos los más vulnerables, reconociendo el importante
papel de los proveedores de servicios sin ánimo de lucro como la Cruz Roja, que
son vitales para la economía social de la UE, tanto por los servicios sociales que
prestan, pero también como importantes empleadores.

2 | Garantizar la financiación e inversión continuas en organizaciones de servicios sociales sin ánimo de lucro que tengan una trayectoria consolidada en la prestación de servicios de calidad y en el desarrollo de programas socialmente innovadores que se basen tanto en la satisfacción de las necesidades cambiantes de los de los beneficiarios de los servicios y en garantizar la calidad. Hay que subrayar que la rentabilidad no debe ser el único objetivo de la inversión. de la inversión, ya que la innovación social desde el punto de vista de la Cruz Roja debe tener en cuenta también las necesidades de la persona y la calidad del servicio a esa persona.

3 | Garantizar la alineación entre el Plan de Acción de la Economía Social y otras iniciativas sociales iniciativas sociales de la UE, como la Garantía Infantil, la Estrategia de Cuidados de la UE y la Plataforma Europea para la lucha contra el sinhogarismo, para que representen una verdadera medida del importante papel que desempeñan los proveedores de servicios sociales en la economía social.